SOMOS EN TI

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:11-12

¿Porqué dudas? Me dijo, mi sangre es poderosa, introdúcete en está realidad, no es sangre natural y corrupta, mi sangre es pura, limpia y santa PODEROSA; cuando cayó la primera gota todas las cosas creadas comenzaron a recibir la vida, perforó los abismos de la muerte, venciendo sobre está, desvaneciéndola hasta no dejar ningún rastro de ella.

Tú y tus hermanos son guardados y escondidos en mi, nadie los arrebatara de mi mano.Señor haznos conscientes de está realidad, sean alumbrados más y más nuestros ojos espirituales, ágiles, dispuestos para ver.

Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.Efesios 2:6

Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron; y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron;…Mateo 27:50-52

Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne,…Hebreos 10:19-20

Somos en ti, tenemos libre acceso, que preciosa es está verdad, en el antiguo pacto el sumo sacerdote se debía presentar a este lugar limpio y  sin mancha de lo contrario moría irremisiblemente, y nosotros tenemos libre acceso, esto me llena de temor de lo alto y reverencia, de honra y agradecimiento hacia nuestro Señor. Debemos ser gobernados por Jesús, dirigidos y administrados. 

Nuestro Señor es quien intercede a favor de nosotros continuamente en lugares celestiales, haciéndonos limpios, puros y santos con su sangre, la cual habla dentro de nuestro ser y nos sello como hijos. El es el Señor de nuestras vidas, su pacto inquebrantable nos hace suyos eternamente.